Es un método suave y gentil, realizado con las manos y basado en la “escucha” del cuerpo a través de ellas, para evaluar y estimular el funcionamiento del sistema cráneosacro, en donde reside el NUCLEO DE NUESTRO CUERPO, movido por el ALIENTO DE VIDA.
La terapia craneosacral es tan suave y segura que es apropiada para personas de todas las edades, desde ancianos hasta niños y bebés, así como durante el embarazo y posparto, después de una operación, un accidente o en condiciones de fragilidad. Al tratarse de una terapia global de todo el cuerpo, puede ayudar a las personas con casi cualquier condición, incrementando su vitalidad y permitiendo utilizar sus propios recursos de autosanación.
El énfasis del trabajo del terapeuta, radica en acompañar a la persona a recuperar la expresión de salud de su matriz original.
Sus beneficios, entre otros muchos, son:
Ansiedad. Depresión. Fobias. Crisis de pánico. Dificultades emocionales. Problemas relacionados con el estrés y tensión. Emociones suprimidas y bloqueadas. Inmovilidad física. Desórdenes causados por estrés post-traumático. Fatiga crónica. Alergias. Asma. Dolor y tensión. Dolores de cabeza y migrañas. Dolor de cuello y espalda. Desórdenes del Sistema Nervioso Central. Desórdenes neurovasculares o del sistema inmunológico. Problemas motores y de coordinación. Problemas articulares y óseos. Lesiones cerebrales. Disfunciones mandibulares (Alteraciones de la ATM). Cansancio crónico. Escoliosis. Accidentes cerebro-vasculares. Problemas oculares. Trastornos físicos como psíquicos. Molestias de la columna vertebral. Problemas digestivos. Secuelas de accidentes. Artritis. Artrosis. Bronquitis. Ciática. Diabetes. Desórdenes infantiles: problemas de lenguaje, déficit de atención, hiperactividad. Problemas de aprendizaje. Muchas otras condiciones.
martes, 26 de enero de 2010
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